A medida que peinas alguna que otra cana, te das cuenta de
que la vida es como un feria, me vale cualquiera, desde las grandes de Madrid,
Barcelona o Valencia hasta las menos concurridas de cualquier ciudad de la
costa murciana, cualquiera.
Hay momentos en los que te parece que vas subido a los
coches de choque, por la cantidad de golpes sin sentido que recibes.
En otros momentos en cambio parece que estés a lomos del
Dragón, ya que sientes sensaciones nuevas y excitantes a cada instante.
A veces te sientes como dentro de esas atracciones que
parecen un conjunto de naves espaciales, que gira y gira sin parar, y en cada giro
coincides con otros a los que sonríes y te sonríen mientras giran como tu.
.
Incluso en determinados momentos la vida es tranquila y
pausada, tan tranquila como estar paseando por los puestecitos de pulseras y
tatoos donde siempre acabas comprando un par de las primeras y al menos uno de
los segundos.
Una feria.
Pero lo importante es vivir, estar en esa feria, disfrutar
de cada minuto, de cada instante… y lo mas importante… aunque disfrutes al máximo de cada atracción, guarda siempre aunque
sea un par de fichas para el dia siguiente.