jueves, 29 de octubre de 2015

LAS HORAS




El sosiego de su voz
atravesando el crin de caballo
hacía infinita las horas,
la paciencia viva, se recreaba
como gotas sobre el agua,
apenas vivas, desaparecían
el silencio de su mirada de alma,
retrospectiva.

No había peor silencio
que el mal interpretado
ese juego de cartas mentales,
una tras otras caen
las marcas, las copias,
las mezclas y siempre pierdes
porque el juego es de otro,
menos de la vida.

Revuelves los papeles,
buscas sus letras y nada se resuelve
no hay nada más por hacer,
cuando perdido era un buen lugar
solo que no sabes bien donde virar
el reflejo del reloj y ya
es otro tiempo
zurcido en el borde
el eco del piano con el pulso
los pies y su andén de ritmos.

La mano derecha se hace infinita
se amontonan los dedos
y pasas de ser nota tenue
a un revoltijo a toda máquina
recorres el mismo sitio
no sabes donde empiezas
y la vida es mejor así
te conectas contigo misma
deambulas con los ojos de Meryl Streep
“Eso es lo que hacemos,
lo hace todo el mundo,
seguir vivos por los demás.”

LAS NUBES SABEN

Las nubes saben de orillas y de sol

ellas del cielo son almohada

saben de agua y luz

con un beso mojan la tierra

volátiles como el silencio

viajeras como el tiempo

saben de llanto y de sal también saben.


 Las nubes saben de penas, de barro y acantilados

ellas del sol son enemigas

saben a precipicio y barranco

saben jugar a ser un perro, un ave más

de los duendes y sus fugaces arco iris

saben de las penitencias dentro de la olla

emigran con el dolor del cielo.


 Las nubes se ríen de las sombras de agua

de noche juegan con la luna al amor y otras alabanzas

desnudan a la amada en sonrisas plateadas

ruborizan al sol cuando la luna es menguada

saben a besos dulces, de algodón sus bocas

a labios de mar en encrespadas olas

saben de olvido, de noches y suicidios.

Pasos


miércoles, 14 de octubre de 2015

Es pecado...

¿Es pecado sentir

el recuerdo de tu aroma?

Mas si pecar es vivir,

condene Dios mi persona,

pues yo deseo morir

a renunciar a tu boca,

a tu mirada en la noche,

a tus suspiros profundos.

Acaso pecar es vivir,

 y aprovechar los segundos

de tu piel junto a la mía,

de nuestros cuerpos desnudos;

de hacer que sea la vida...

un instante de otro mundo.