Se quedó mirando, pero sin mirar, porque sus ojos habían
dado el relevo a su corazón para que lo hiciese por ellos.
Se quedó.
Se quedó pensando, pero sin pensar, porque uno solo piensa
hasta que se encuentra y el ya la había hallado.
Se quedó.
Se quedó riendo, pero sin reir, porque su sonrisa ya había
germinado en lo más profundo de su alma.
Se quedó.
Se quedó deseando, pero sin desear, porque los deseos mutan a
certezas cuando se esta convencido de ellos.
Se quedó
Se quedó esperando, pero sin esperar, porque solo el tiempo…y
nada más que el tiempo, se encargaría de hacer que aquellos veinte años pasaran
volando.
Y se quedó, mirando, pensando, riendo, deseando y viviendo...pero ya con ella.
Se quedó
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